¿Qué son los alimentos funcionales?
En la actualidad, las personas buscan cada vez más opciones para llevar una vida saludable, y una de las tendencias alimentarias que ha ido ganando terreno en los últimos años es la de los llamados «alimentos funcionales». Pero, ¿qué son exactamente estos alimentos?
Los alimentos funcionales son aquellos que tienen componentes biológicamente activos que pueden jugar un papel positivo en la salud más allá de su valor nutricional básico. Es decir, no solo nos alimentan, sino que, según algunos estudios científicos, podrían contribuir a prevenir o incluso tratar enfermedades.
Entre los alimentos funcionales más conocidos se encuentran los «superalimentos» como la quinoa, las bayas de goji, el kale o la chía. Pero, también hay otros alimentos considerados como funcionales que son más comunes en nuestra dieta diaria, como los tomates, el té verde o los lácteos probióticos.
Beneficios de los alimentos funcionales para nuestra salud
Si bien los alimentos funcionales no son medicamentos, como ya hemos mencionado, algunos estudios sugieren que su consumo puede tener efectos beneficiosos en nuestra salud. A continuación, enumeramos algunas de las posibles propiedades y beneficios que se les atribuyen:
– Ayudan a fortalecer el sistema inmunológico: algunos alimentos funcionales como los probióticos, el ajo, la cebolla y los champiñones contienen sustancias que pueden ayudar a aumentar la producción de defensas del organismo.
– Reducen los niveles de colesterol: algunos alimentos funcionales como la avena, la soja y los frutos secos contienen fibra y otros compuestos que reducen los niveles de colesterol malo en la sangre.
– Previenen enfermedades cardiovasculares: algunos alimentos funcionales como los arándanos, las almendras y el té verde contienen antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.
– Favorecen la salud intestinal: los alimentos funcionales probióticos, como los yogures o el kéfir, contienen bacterias beneficiosas para el intestino que regulan la flora intestinal.
– Actúan como antiinflamatorios naturales: ciertos alimentos funcionales como el jengibre, la cúrcuma o el aceite de oliva, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a aliviar el dolor en enfermedades como la artritis.
Cómo incorporar los alimentos funcionales en nuestra dieta
Incorporar los alimentos funcionales en nuestra dieta no es difícil, solo requiere algo de atención a la hora de planificar los menús. Algunas recomendaciones para empezar son las siguientes:
1. Prestar atención a las etiquetas de los productos: en muchos casos, los alimentos funcionales se destacan en las etiquetas de los productos. Por ejemplo, los productos lácteos que contienen probióticos suelen llevar una etiqueta indicando su presencia.
2. Consumir frutas y verduras de temporada: Las frutas y verduras de temporada suelen contener más nutrientes que las que se producen fuera de temporada. Por lo tanto, consumirlas en el momento justo puede ser un modo de incorporar más alimentos funcionales a nuestra dieta.
3. Incorporar superalimentos en nuestra dieta: aunque no son imprescindibles, los llamados superalimentos pueden aportar una gran cantidad de nutrientes beneficiosos para nuestra salud. Algunos ejemplos son la quinoa, la chía, el kale o las bayas de goji.
4. Cocinar más en casa: cocinar nuestros propios alimentos nos permitirá controlar los ingredientes y los métodos de cocción, lo que puede ayudarnos a incorporar más alimentos funcionales y limitar los ingredientes nocivos para nuestra salud.
Importante considerar
Si bien los alimentos funcionales pueden tener efectos beneficiosos para nuestra salud, no se trata de una píldora mágica que lo arregle todo. Además, numerosos estudios han demostrado que los efectos beneficiosos son modestos y que varían de una persona a otra. Por lo tanto, no es recomendable basar nuestra salud en el consumo de alimentos funcionales exclusivamente.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que algunos alimentos funcionales pueden tener contraindicaciones para ciertas personas. Por ejemplo, las personas con intolerancia a la lactosa pueden tener problemas al consumir productos lácteos probióticos. Por eso, si tienes alguna afección médica o estás tomando algún medicamento, es importante consultarlo con un profesional antes de empezar a tomar suplementos o alimentos funcionales.
Conclusión
Los alimentos funcionales son una tendencia en auge dentro de la alimentación saludable, pero no hay que olvidar que no son la solución a todos los problemas. Sin embargo, sí pueden ser útiles como parte de una dieta equilibrada y variada, y pueden ayudarnos a enriquecer nuestra alimentación con nutrientes beneficiosos para nuestra salud. Como siempre, es importante llevar una vida activa y hacer ejercicio regularmente para completar nuestra alimentación.